El distribuidor de carburante del puerto de
Sitges, estaba en el mismo sitio donde esta ahora, en una de las puntas del espigón, en la parte de adentro. En aquel tiempo había un recinto reservado para que pudiere
posarse un helicóptero, justo al lado de las
mangueras para distribuir carburante. Allí había un letrero que decía "prohibido bañarse y pescar" que era justamente lo que mas me gustaba a mí hacer en aquel puerto, todavía de agua limpia y
cristalina y con relativamente pocos usuarios. Pensar que hoy en
día la densidad de amarres se ha doblado. Aunque luego no los usen... Lo de siempre.
Te podías bañar, saltando desde cualquiera de los muelles a modo de trampolín de manera que matábamos el tiempo saltando por encima de cualquier cosa para luego caer al agua y seguir chapoteando. Debo decir que un motor en marcha era
peligrosisimo para cualquiera,
ela aquí alguna de nuestras muchas arriesgadas acciones descerebradas. Aparte del peligro de las hélices en movimiento, era divertido
pasar por debajo de los cascos de los barcos vacíos o de los p
antalanes pues el paisaje era muy
surealista.
Ves el mundo desde abajo, un mundo que los que están arriba nunca han visto. Es el otro lado de la luna, por decir algo.
La ingravidez llebada al grado sumo. Poneros en mi lugar y pensar lo que es ver el mundo submarino, que nunca han visto los de arriba. Ves los barcos al revés. Por no hablar de los ruidos y sonidos que se transfieren por el agua, dentro del puerto. Motores que funcionan,
gruas que se lamentan, un grifo que llora o una moto que pasa justo por encima, en el muelle. Cocó todavía era muy pequeña y la cosa era todavía de otro modo, en "ese modo" en que ves las cosas cuando todavía no has pasado la linea de los 12 años. Ves las cosas de otro modo y solo tienes tiempo y ganas para meter cangrejos y gambas en un cubo.
Extraño punto de vista
el mío ¿verdad? Lo cierto es que mi viejo se hartaba solo de gambas y cangrejos que yo y mi hermana pequeña -que todavía siempre me acompañaba- agarrábamos haciendo verdaderas acrobacias de
trapecista mientras
remábamos o nos colgábamos por debajo de muelles, palancas y
pantalanes. Que tiempos aquellos!! El mas grande sujetaba al mas pequeño quien se colgaba cabeza abajo para ver que se veia por debajo del muelle. El que estaba colgado le contaba al de arriba lo que veía justo debajo de las pasarelas de hormigón. lapas, cangrejos, peces o tal vez un billete de veinte duros que pasaba por ahí... a veces desde mas arriba se veian cosas que desde mas abajo no se veían debido al reflejo del agua y el gasoil. a veces pedíamos refuerzos a otros chicos que conocíamos y repartíamos el botín.
foto: barco holandés con bici y todo, uno de esos de canales con mastil y orzas abatibles para pasar por debajo de los puentes de los canales. Todo, todo, de madera.
foto superior: atunes de litoral.
El Atún, Claro, calvo. Yo siempre cuento lo mismo, que este atún tan grande fué el segundo de dos hermanos gemelos que picaron una tarde camino de Andratx. Muy atrás estaba Masnou y Badalona, y nosotros que somos la "familia cañas" ese día solo trasportaba conmigo una caña de 15 euros comprada en el lídel. Una caña barata barata de esas que son de saldo, y con la que me he hecho todo el Tirreno y el Ionio (Jónico, en castellano). Por cierto, yendo de camping no se pesca nada. Pero ahí estaba yo gobernando un "50 pies" con dos ruedas en la bañera (dos timones) y una cabina del tamaño de un camión. Venía sonando un cd de Sardanas que mi amigo Joan había puesto, ya que el toca en una cobla, o como se diga, y compone arreglos sardanisticos, que no sardos. Si bien es cierto la caña dejaba mucho que desear, el hilo era nuevo, uno de 0.60 a prueba de bombas (22kilos) y el carrete tampoco tenia mucho tiempo. un carrete grande de lanzar de esos de las grandes superficies tipo decatlon... El caso es que el carrete tenia el freno divinamente regulado y como siempre, el primero y el segundo atún me pillaron dentro de la cabina, seguramente estirado, en posición horizontal, que es como navego de dia, pues de noche me gusta andar en el gobierno. El sol caía, íbamos a vela, a 10 nudos, bastante rápido para el que no los haya pillado nunca a vela, y el viento andaba a favor, justo lo que había dicho el parte metereológico. El "parte" incluso acertó con la hora a la que el viento, el mar y las olas iban a rolar... el resto fué pan comido, al bicho en questión hubo que marearlo casi media hora, pues al clavarse los anzuelos el atún se puso de muy mal humor, casi me vacía la bobina del carrete; solo que muy hábilmente le apretaba el retén del freno cuando veía que me quedaba poco hilo para que no me dejase sin sedal que darle si se ponía pesado de verdad. Así fué como me pasé todo el rato dándole hilo cuando se enfadaba y como recogía el que podía cuando veía que a Rodolfo, que era como se llamaba el atún, le daba por tirar menos. En una de esas el bicharraco adelantó el barco por estribor. -" por ahí va, por sotavento"-. Se llebaba el hilo de mi bobina en sentido contrario.
En el barco el escándalo que armaba la chicharra del carrete cuando el bicho tiraba había causado mucha espectación. Y fué comentario continuo a bordo que nadie había visto jamás un atún de esta especie de aquel tamaño. Fué el primer viaje que el Max hizo conmigo y se pasó todo el viaje bomitando, día y medio. Habíamos cenado un pizza y al tío no se le ocurre otra cosa que bomitar por barlovento, todo el mundo sabe que el viento te devuelbe el bómito encima, y que hay que hacer las necesidades por sotavento. Por la mañana al alba, a mí me parecía intuir la silueta de la isla de Mallorca, y el gps de la consola corroboraba que no iba errado. Seguíamos escuchando a la copla del Joan. Sardanas. Se había quedado el cd puesto toda la noche.
Por la mañana veíamos muy temprano la silueta de la isla de Sa Dragonera, y de hecho la pasamos dejándola a estribor. Navegábamos a vela con el viento amurado a babor, con todo el trapo, que dicho sea de paso hoy en día es mas bien escaso. En mi tierna juventud el trapo era mucho generoso y tenía el doble de superficie por lo que era fácil meter la regala (la borda) por debajo del agua, e incluso la punta del palo, cuando escorábamos demasiado. Eran otros tiempos de barcos mas fuertes, mas pesados, y mucho menos pijoteros, sin tanto aparatito electrónico, sin tanta ducha y pantalla plana panorámica. Por no hablar del radar. Antes se navegaba de oído y sabías lo que te habían enseñado de pequeño a base de tener solpresas y sobresaltos. Ahora no hay tiempo para la improvisación. Tanto radar y tanto parte metereològico por satélite en tiempo real. Por no hablar del móvil, maldigo a su inventor. bip bip.
Dejamos la primera punta de Dragonera atrás pasando por una especie de estrecho con un pedrolo en medio bastante grande que invita a accidentarse a quien no lo haya visto en la carta. Tiene un nombre el pedrolo este pero ahora no lo recuerdo, la parte que asoma es colosal. Desde allí llegar a Andratx es un paseo de niños. Allí paramos a recoger a un pasajero ilustre, que todavía no sabía que se pescaba en un trayecto que el hace a vela muy seguido. Y tras repostar gasoil, seguimos para Ibiza, camino de Santa Cristina y la isla de Sa Conillera. 050308.